Por José Alberto Gaytán García *
Desde temprana hora hay un gran barullo en la ciudad, se ve gente caminar a toda prisa, cuadrillas de obreros y artesanos han trabajado sin descanso, bajo la mirada fría del encargado de la obra, estos hombres se esmeran en los últimos detalles del embellecimiento de la plaza central y del palacio del gobernante. Oficiales de guerra lucen elegantes símbolos y adornos militares, mujeres hermosamente ataviadas con collares y prendas de jade y oro, entran y salen del palacio principal, otros hacen lo propio en los palacios de justicia y comercio. A las afueras de la fortificada y bella ciudad vive el pueblo y la noticia de que algo pasó les inquieta y les causa temor, no les fue difícil enterarse de la inusual actividad ya que desde las colinas donde viven se aprecia perfectamente la plaza principal y el palacio del gobernante.
Una partida real de 54 tambores y caracoles de guerra cruza gallardamente la plaza central, escoltan a los sacerdotes del reino y a una bella princesa que en sus manos lleva una especie de corona de ámbar, la corona esta adornada con fino plumaje, en medio tiene incrustado un sol de oro bordeado con esmeraldas y piedras preciosas. Desde la torre de vigía, el centinela mayor anuncia la llegada del enviado del rey y de un séquito de embajadores y representantes de los señores y caciques de la gran federación totonaca, integrada entre otros señoríos, por el de Cempoala, Tuxpan, Zacatlan, Tajín, Quiahuiztlán, etc.
Es el año 13 Conejo y 842 del calendario indiano, tiempo del paso del planeta Venus y de la llegada al poder de Panin, hijo del mandatario saliente Teniztli, quien este día concluye el mandato de 52 años establecido en las leyes totonacas; ese es el motivo del barullo en la ciudad, el cambio de sus gobernantes.
Ahora bien, en el mes doce, del año 2007, del siglo XXI del calendario cristiano, en el señorío de Misantla desde temprana hora hay barullo e inquietud entre sus habitantes. Representantes de todas las clases sociales y políticas se dirigen a la casa del nuevo gobernante, desean expresarle palabra de buenaventura, ya que en unas horas asumirá el control político del municipio. Álvaro Mota Limón es un gobernante joven con oficio en asuntos políticos, se preparó para el cargo años atrás, durará en el mandato solo tres años, el nuevo maqiitaaná o tlatoani aunque tiene nombre cristiano es descendiente directo de los gobernantes que en el tiempo del México antiguo rigieron los destinos de la gran federación totonaca.
En ceremonia sencilla pero llena de simbolismo político, el nuevo gobernante ha subido al trono; lo acompaña su corte real, entre ellos, el recaudador de impuestos, el jefe de las fuerzas armadas y el equivalente al consejo de ancianos, ahora llamados regidores y síndicos. Ante el enviado del rey, el nuevo jefe político ha dirigido un mensaje, con palabra sencilla y firme, ha dicho que gobernará para todas las clases sociales y políticas y que abrirá oportunidades a los artesanos, entre ellos, a los carpinteros, también se dirigió a los ganaderos, comerciantes, maestros y a las mujeres, incluyendo a las viudas del reino, quienes por primera vez son tomadas en cuenta por un jefe político.
Muchas cosas han cambiado en el reino, por ejemplo, a diferencia del pasado, en donde el poder se heredaba al príncipe mediante un sistema llamado monárquico, en este sistema el pueblo no tenía participación ni oportunidad de nada, en cambio ahora, es el pueblo quien mediante un nuevo sistema llamado democrático, elige directamente al gobernante en turno.
Las reglas de este nuevo sistema complican enormemente la función del gobernante; en tres años tiene que cumplir pesadas tareas publicas, como conciliar los distintos grupos políticos que actúan dentro y fuera del reino, sin descuidar el cumplimiento de las promesas hechas en su campaña electoral, ocasión en que visitó todos los rincones de reino. Si cumple dichas promesas, el pueblo lo premiara con encomienda superior, ahora que si falla, entonces el pueblo le lanzará palabra mala de desaprobación como lo hizo con Ilhuatzintecuhitl, gobernante que en el año 947 perdió en una guerra gran parte del territorio totonaca o con Tlaixehauteniztli, a quien los escribas totonacos lo registran de la siguiente forma: “Gobernó y sin más memoria murió”.
Hablando de escribas, consulté al cronista Miguel Ángel Cuevas y Pérez, quien al igual que el gran historiador Tezozómoc, registra los aconteceres del reino, con sobrada amabilidad me orientó sobre el tema y me proporcionó archivos sobre gobernantes locales, ahí encontré el dato siguiente: “En 1915 hubo reformas políticas que desaparecieron la figura del jefe político cantonal de Misantla, por lo que el Sr. Josafat Martínez fue el primer presidente municipal durante el periodo 1915-1916, el mandato municipal 2008-2010, lo cubrirá el maqiitaana número 43, Álvaro Mota Limón, cuya llegada al poder es la noticia del reino”
jalbertogaytangarcia@gmail.com
A35R6/17
Acerca del autor
- José Alberto Gaytán García ha escrito artículos y ensayos de corte académico en diarios y revistas de México y de los Estados Unidos; ha participado en importantes proyectos académicos e impartido conferencias sobre temas de historia, tecnología y educación en el marco de las relaciones entre México y los Estados Unidos, tema en el cual realizó sus estudios de doctorado en The Graduate School of Internacional Studies de la Universidad de Miami.
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