Por José Alberto Gaytán García*
En el vestidor de la selección de Israel, el entrenador hace una serie de ajustes tácticos frente a un pizarrón que rápidamente se llena de líneas y anotaciones. Los jugadores escuchan atentos las indicaciones del técnico mientras reciben asistencia de masajistas, aguadores y cuerpo médico. El entrenador levanta el tono de voz: “Muchachos no les dejen la posesión del balón y recuerden que la mejor defensa es el ataque. Tenemos bien estudiado a México, haremos cambios para explotar tres zonas claves que se necesitan para ganar el partido: educación, ciencia y tecnología. Dichas zonas las descuidó el rival y ahora son su mayor debilidad, nos vamos a tirar por ahí con todo en el segundo tiempo, suerte muchachos”. Acto seguido el entrenador llama a su asistente y al masajista y les pide que preparen a tres jugadores de la banca que verán acción en el segundo tiempo.
En el vestidor mexicano reina una excelente camaradería, se escuchan risas, apodos, bromas, todo bien, no se reportan cambios. El enviado de la FIFA y el inspector de campo avisan a ambos entrenadores que el señor árbitro y sus abanderados ya están en el terreno de juego. Arranca el segundo tiempo, la escuadra israelí rápidamente controla el balón en la mitad y tres cuartos de la cancha y se vuelca sobre la portería tricolor, la defensa y la zona de contención se baten con todo tratando de contener las descolgadas y los cañonazos que la delantera israelí descarga a placer sobre el arco tricolor. En la banca mexicana, el entrenador le pregunta apurado a su asistente, que quienes son esos delanteros que entraron de cambio, que no entiende lo que está pasando, que por que juegan tan bien. Antes de recibir respuesta, se escucha en las tribunas el grito de ¡GOOOL!, un golazo de Israel. El asistente voltea a ver al entrenador y le dice: “Disculpe señor pero no conozco a los jugadores que entraron”; “Chinga%$?&”, responde enfurecido el técnico nacional, diciendo entre dientes: “Eso me pasa por no haber traído asistentes europeos, mira Mario chécalo en la Internet, entra a la página del World Bank que se llama World Development Indicators, es una sección de indicadores de desarrollo de todos los países del mundo, fíjate que encuentras de Israel”. El asistente abre rápido su portafolio, saca su laptop, de inmediato se conecta a la Internet, cuando se oye otro grito en las tribunas ¡GOOOL!, otro gol en contra de México.
El asistente se lleva la mano a la cabeza en señal de sorpresa y le dice al entrenador: “En la ma%$&, Javier, mire lo que encontré”, mostrándole una grafica de indicadores: “No estoy de humor para estar leyendo esas pen%$#&, mejor dime que dice”, le responde el entrenador más molesto que nada. “¡Fíjese nomas!”, le dice asombrado el asistente: “Aunque Israel es el centésimo país mas pequeño del mundo, con menos de la milésima parte de la población mundial, ha invertido muchisisimo en las canteras de educación y desarrollo tecnológico, de ahí vienen esos jugadores que nos están metiendo los goles. Por ejemplo, la mayor parte de los sistemas operativos de equipos de cómputo marca Windows NT y XP, son desarrollados por Microsoft Israel, la tecnología del microprocesador Pentium MMX, fue diseñada en la división Israel de Intel, los microprocesadores Pentium-4 y Centrino, se producen en Israel, la tecnología del AOL de mensajería instantánea ICQ, fue desarrollada por cuatro jóvenes israelitas. Después del Silicón Valley de los Estados Unidos, Israel tiene el número más grande de compañías de alta tecnología del mundo, por eso, tiene el mayor porcentaje de computadoras por habitante en el mundo. En producción de libros nuevos por habitante, ocupa el segundo lugar en el mundo, tiene más museos por habitante que cualquier otro país, tiene la tasa más alta de grados universitarios por habitante del mundo”. En eso, se oye nuevamente en las tribunas el quinto grito de ¡GOOOL!
Estupefacto el entrenador le reclama a su asistente; “Pero, ¿cómo le hacen si siempre están en guerra con sus vecinos los países árabes?”: “Pues no sé”, contesta el asistente, “pero por estar en guerra es el país que tiene mayor gasto en defensa militar por habitante del mundo y aun así, científicos nacidos en Israel y de origen judío han ganado 30 premios Nobel en Química, 26 en Economía, 53 en Medicina, 47 en Física, 13 en Literatura y 2 Nobel de la Paz”.
Enfurecido el entrenador le dice a su asistente, “llegando a México me entregas tu renuncia por favor”, “¿pero por qué yo señor?”, le refuta el asistente atónito, “¿qué culpa tengo de que no tengamos una cantera poderosa en desarrollo tecnológico que nos permita competir con los mejores del mundo?”. “Estas en lo correcto”, le dice el entrenador, “de eso, no tienes la culpa, pues tu no autorizas el presupuesto para elevar el nivel de inversión de nuestro sistema educativo, pero sí tienes mucha culpa en no haberme pasado una tarjeta informativa correcta que me permitiera hacer con tiempo los ajustes tácticos necesarios”. El asistente con los ojos llorosos le reclama, “de todas formas, profe, de nada hubiera servido, ya que toma muchos años armar una buena cantera”, “no Mario no”, le aclara el entrenador, “como se ve que estas muy verde todavía, no iba armar ninguna cantera, iba a importar científicos israelitas, luego los nacionalizó y los pongo a jugar, como le hizo el profe La Volpe en el mundial pasado”.
jalbertogaytangarcia@gmail.com
A52R6/17
Acerca del autor
- José Alberto Gaytán García ha escrito artículos y ensayos de corte académico en diarios y revistas de México y de los Estados Unidos; ha participado en importantes proyectos académicos e impartido conferencias sobre temas de historia, tecnología y educación en el marco de las relaciones entre México y los Estados Unidos, tema en el cual realizó sus estudios de doctorado en The Graduate School of Internacional Studies de la Universidad de Miami.
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