Por José Alberto Gaytán García *
Estimados lectores, el pasado viernes 7 de abril, fue uno de los días más estresantes y pesados que me enfrenté en lo que va de este año, ese día, a las tres cuarenta y cinco de la tarde, terminé una importante reunión de trabajo en las oficinas del Tecnológico Nacional de México, ubicadas frente a la estación del metro Balderas, en el centro de la Ciudad de México. De ahí, sorteamos el tráfico pesado de los viernes en la tardes del D.F., cruzamos la avenida Insurgentes hasta salir a “Indios verdes” para luego tomar la autopista México-Tuxpan; prácticamente le “volamos” hacia Misantla. Por las condiciones, hora y día, a un conductor experimentado le toma entre cinco y seis horas realizar este viaje, eso, siempre y cuando no se presente algún contratiempo mayor en la carretera.
Al salir a la autopista, le dije a don Gume (se llama Gumersindo Lorenzo Hernández), el conductor del tec; “…mire, no sé cómo le va hacer, pero con el favor de Dios, tiene que estar en Misantla a las ocho de la noche, así que vuélele porque le quedan tres horas!!!”. Para romper el ambiente tenso y de angustia que existía en la camioneta, le dije a los asistentes que viajaban conmigo; Luis Landeros, Aurelio Carrera y Elvis Recio, del área de planeación del tec, “agárrense bien, háganle platica a don Gume y por favor, me hablan en una hora, voy a dormir un rato.” Esa tarde venía muy cansado, ya que la noche anterior nos desvelamos preparando la presentación para la reunión comentada, mis compañeros del tec venían igual, súper desvelados.
El motivo de tanto apuro era que esa noche, a las ocho, tenía que presidir la ceremonia de graduación de la generación 2012-2017 del tecnológico de Misantla. Este evento, el más importante del año, se organizó en el salón Franche de esta ciudad y para su servidor se complicó por encontrarme en la Ciudad de México.
Con el favor de Dios llegamos a las ocho de la noche, (gracias Gume) pasé a cambiarme “a mil por hora” a mi oficina del tec, y a las ocho y media, estaba en el presídium del salón Franche ante tres mil personas iniciando el programa de graduación de 321 ingenieros del tecnológico de Misantla; conforme pasaban los minutos, pensaba en las dificultades y peligros que enfrentan diariamente en todos los rincones del país profesores y empleados del sector educativo para cumplir con su trabajo. En fin, trataba de tranquilizarme, de poner en orden ideas, sentimientos, en particular, trataba de olvidar las expresiones de “¡¡¡aguas, aguas, Gume, cuidado, cuidado!!!” y de “¿cuánto nos falta para llegar?”, así como las caras de angustia de mis compañeros cuando don Gume rebasaba tráileres en las curvas de “dientes apretados” en la autopista México-Tuxpan.
Frente a las autoridades del presídium, pasaron a recibir sus documentos finales 321 ingenieros, provenientes de las distintas carreras de ingeniería ofrecidas por el tecnológico de Misantla. El ochenta por ciento de ellos, se encuentran titulados, 128 son los primeros integrantes de su familia en terminar una carrera profesional. En promedio, esta generación tiene 21 años 4 meses de edad, quiere decir que en el 2040, cuando el desarrollo del progreso humano alcance el nivel ASI en inteligencia artificial, estos jóvenes tendrán la fabulosa edad de 44 años y muchos de ellos, trabajaran en empresas de tecnológica ASI que aún no nacen.
Fíjense que hablando de progreso humano y desarrollo científico, lo más fascinante de todo, es que los integrantes de la generación 2012-2017, están “atrapados” en una transición descomunal entre la poderosa tecnología actual y su evolución hacia la fusión de seres humanos y ciborgs biológicos, como ejemplo, en mi mensaje cite el caso de Neil Harbisson, un joven británico de 32 años, a quien le implantaron una antena en su cabeza, gracias a este implante tecnológico, el joven recibe directamente a su cerebro, imágenes, música y llamadas telefónicas.
Esta fusión “tecno-biológica” pondrá fin a la poderosa era de la telefonía celular y de todas sus millonarias aplicaciones, ya que en los próximos años, el negocio y los conocimientos científicos se moverán hacia el implante de aplicaciones en nuestro cuerpo.
Les comentaba esa noche a los graduados, que ese brutal salto tecnológico cambiara para siempre la manera de consumir, vivir, estudiar, trabajar, pensar, etc., y que por lo tanto, esta situación, nos obliga a todos, en especial, a los graduados, a prepararse mejor, a dominar un segundo y un tercer idioma y a estudiar una maestría y un doctorado.
Finalmente, deseo comentar que la noche de la graduación del tecnológico de Misantla, es una noche inolvidable, de alegría, de orgullo, de emociones altas, de felicitaciones, de agradecimientos, así que gracias a los profesores y empleados del ITSM por su valiosa dedicación para formar ingenieros de clase mundial; felicidades a los 321 jóvenes que esa noche egresaron de uno de los proyectos de educación superior más exitosos de México, el tecnológico de Misantla.
jalbertogaytangarcia@gmail.com
A124R6/17
Acerca del autor
- José Alberto Gaytán García ha escrito artículos y ensayos de corte académico en diarios y revistas de México y de los Estados Unidos; ha participado en importantes proyectos académicos e impartido conferencias sobre temas de historia, tecnología y educación en el marco de las relaciones entre México y los Estados Unidos, tema en el cual realizó sus estudios de doctorado en The Graduate School of Internacional Studies de la Universidad de Miami.
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