Por José Alberto Gaytán García *
En la literatura mexicana del siglo XIX existen formidables libros que describen en forma rica y extraordinaria las costumbres de la sociedad mexicana de dicha época, como el caso del libro Los bandidos de Río Frío de Manuel Payno, un intelectual respetado y un destacado político que estaba emparentado con el general Anastasio Bustamante, presidente de México.
Payno tuvo mucho que ver con dos presidentes veracruzanos, con uno de ellos, le fue muy bien, no así con el otro mandatario veracruzano. Payno fundó la aduana de Matamoros, fue ministro en el gobierno de Mariano Arista; durante la intervención americana de 1847 fue encargado de establecer un servicio secreto de correos entre México y Veracruz. Al llegar a la presidencia el veracruzano José Joaquín de Herrera, Payno fue nombrado ministro de hacienda, posteriormente, por rivalidades políticas y por sus críticas sobre la actuación del Gobierno en la guerra contra los Estados Unidos, Antonio López de Santa Anna, lo persiguió con odio jarocho y lo obligó a huir a los Estados Unidos.
En Los bandidos de Río Frío existe un capítulo interesante sobre un coronel que fue asistente del general Santa Anna de nombre Juan Yáñez, este famoso personaje fue altamente estimado por Su Alteza Serenísima ya que era un tipo simpático, leal, y muy eficiente. En los círculos políticos y sociales de la capital le apodaban “el Relumbrón” por la manera en que le relumbraban las joyas que portaba en sus vestimentas militares.
En esa época, se incrementaron alarmantemente los robos a las casas ricas y los asaltos a las diligencias en los caminos a Veracruz, la ola delictiva llamó la atención de las autoridades, ya que muchos de esos robos no eran robos comunes y vulgares, sino golpes espectaculares que sus autores ejecutaban con precisión asombrosa en donde nunca nadie “veía ni oía nada.” El caso es que el coronel Yáñez logró formar una sofisticada red de informantes y espías dentro del Gobierno. El autor Payno comenta que Yáñez tenía infiltrados todos los niveles del Gobierno de Santa Anna, desde el portero del Palacio Nacional, pasando por sirvientes, aguadores, cocheros y pagadores, hasta llegar a los más altos mandos militares y políticos.
Las envidias de sus enemigos y la manera ostentosa y “enjoyada” de vestir del coronel Yáñez, fueron las causas que lo delataron, cuando el presidente Santa Anna fue informado de las actividades delictivas de su asistente, Payno relata que hasta se enfermó del coraje que le hizo pasar tan molesta noticia: enojado, Santa Anna lo detiene personalmente en el palacio nacional y lo entrega a las autoridades militares.
La investigación lleva a la detención de ciento cincuenta personas involucradas con la banda del “Relumbrón,” el asunto fue un verdadero escándalo que sacudió todos los niveles del Gobierno, durante el curso del juicio, el juez murió luego de beber chocolate envenenado y uno de los empleados del juzgado fue asesinado brutalmente a batazos en una de las oscuras calles de la Ciudad de México. Finalmente, el coronel Yáñez y cuatro integrantes de su banda fueron declarados culpables y ejecutados en la plaza de Mixcalco de la Ciudad de México en julio de 1839.
Antonio Castro Leal escribió el prologo de Los bandidos de Río Frío y comenta que los hechos contenidos de esta novela son en realidad las memorias de Manuel Payno, o sea que se trata de hechos verdaderos, como el mismo autor lo reconoce en el libro, Castro Leal agrega que Payno de 29 años de edad, estuvo entre la multitud que con curiosidad y morbo presenció la ejecución del “Relumbrón” en la plaza de Mixcalco.
Los demás implicados en este escándalo fueron enviados a cumplir sus condenas al penal de Perote y a la prisión de San Juan de Ulúa en Veracruz. Un famoso abogado fue acusado de estar implicado en la banda del “Relumbrón”, se asustó tanto, que para evitar ser ejecutado, se declaró prisionero en su casa y no volvió a salir de su domicilio hasta que lo sacaron cuatro cargadores para enterrarlo, según decía la gente, el abogado “se murió de miedo”.
Estimados lectores les comento el anécdota del “Relumbrón” para invitarlos a leer más sobre las costumbres, héroes y personajes que se encuentran en total olvido en los “sótanos y pasillos” de la rica historia de México, para contribuir a tal propósito, su servidor publicará en breve el libro Veracruz: tierra de presidentes, una investigación histórica sobre las circunstancias que llevaron al poder a los ocho presidentes de México que nacieron en territorio veracruzano, desde Antonio López de Santa Anna hasta Adolfo Ruiz Cortines, el último veracruzano en llegar a la presidencia de México. Al interesarnos por nuestra historia, cumplimos la cita que aparece en el libro Reloj de sol de Alfonso Reyes, una de las figuras capitales de las letras y la cultura de Hispanoamérica, cita que reza lo siguiente: “Hay que interesarse por los recuerdos, harina que da nuestro molino”.
jalbertogaytangarcia@gmail.com
A01R6/17
Acerca del autor
- José Alberto Gaytán García ha escrito artículos y ensayos de corte académico en diarios y revistas de México y de los Estados Unidos; ha participado en importantes proyectos académicos e impartido conferencias sobre temas de historia, tecnología y educación en el marco de las relaciones entre México y los Estados Unidos, tema en el cual realizó sus estudios de doctorado en The Graduate School of Internacional Studies de la Universidad de Miami.
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